En los albores de agosto, Horacio Rodríguez Larreta le ofreció a Juan Ignacio Maquieyra una responsabilidad de alto calibre. Con una gestión cuya principal premisa pasa por mostrar un costado social e...
Compartir
En los albores de agosto, Horacio Rodríguez Larreta le ofreció a Juan Ignacio Maquieyra una responsabilidad de alto calibre. Con una gestión cuya principal premisa pasa por mostrar un costado social e integrador, la decisión del Jefe de Gobierno porteño de depositar al joven, de 29 años, al frente del Instituto de la Vivienda (IVC) fue una clara muestra de confianza.
Hoy el politólogo, que cobró notoriedad en Harvard por plantársele a Cristina Fernández de Kirchner, lleva las riendas del organismo desde sus oficinas en Barracas, con el objetivo de culminar va-rios proyectos de urbanización antes de 2019.
-¿Cómo tomás este desafío al frente del IVC?
-Yo ya venía trabajando con Horacio, coordinando el gabinete Social de la Ciudad junto a Diego Fernández y Guadalupe Tagliaferri. Desde que se dio la oportunidad de venir acá, estoy muy agradecido y entusiasmado, porque desde que arranqué a hacer política, hace más de 10 años, me apasionan los temas sociales, y poder trabajar para aquellos que más necesitan que el Estado esté presente es importante.
-¿Cómo es la articulación del IVC con los vecinos de los barrios?
-Estamos planteando un esquema de profunda participación con los vecinos y tratando de tener el mayor consenso posible. A veces, el consenso involucra a todos, a veces a una gran mayoría, pero en general las respuestas que estamos encontrando son muy posivas. La mirada que tenemos desde el IVC es que no haya un Gobierno que venga a salvar a los vecinos y a incluirlos, sino que los vecinos, con su propio esfuerzo, y acompañados por el Estado, puedan generar barrios que estén integrados con la Ciudad.
-¿Cuáles son las principales líneas de trabajo del IVC?
-Lo principal son cinco proyectos de integración que se llevan adelante en la Rodrigo Bueno, Fraga, Lamadrid, las relocalizaciones en Camino de Sirga, y el más importante en cuanto a cantidad de gente que es el de la Villa 20.
-¿Cómo están los avances en ese último proyecto?
-En la Villa 20 ya comenzamos las obras de construcción de las viviendas nuevas. Son las primeras 550, aproximadamente, y vamos a construir 1600 viviendas más de acá a 2018. Por otro lado, el año que viene empiezan las obras de infraestructura, todos los servicios y mejoramientos en las viviendas que queden en lo que es la villa actual. Y de acuerdo a la apertura que definamos con la mesa de participación, y a raíz de la definición de los esponjamientos, la liberación de los pulmones de manzana para que haya ventilación e iluminación, vamos a determinar quiénes van a las viviendas nuevas y quiénes se quedan en las actuales.
-¿Y la relación con la gente de Fraga? ¿Están cerca de un acuerdo?
-No hay un punto en el cual ellos te dicen que no y nosotros que sí. Pidie-ron un poco más de tiempo para ver unos temas en particular. Estamos trabajando para poder limar esos temas en los que todavía no hay consenso. Sí hay apoyo de la mayoría de los delegados. Vamos a tratar de convencer a la mayoría sobre el espíritu del proyecto, pero también vamos a escuchar al barrio y vamos a cambiar lo que haya que cambiar.
-¿Cómo se logra la integración de los sectores marginados?
Yo siempre digo que hay tres clases de integración. La primera es la integración habitacional, que es promover el acceso a la vivienda, ya sea una vivienda nueva o un mejoramiento. Por otro lado, está la integración urbana, que tiene que ver no solamente con dar casas, sino también con conectar el barrio con la ciudad. Y la tercera clase es la integración socioeconómica, que implica un Estado presente a través de educación, salud y oficinas de trabajo. Esos tres grandes lineamientos los trabajamos en esos cinco proyectos.
-Integración implica urbanización...
-Sí, desde luego. La urbanización es una parte de la integración. La integración es más grande. Entre otras cosas, porque presupone también que en las villas hoy hay mucho valor para ver, encontrar y para presentarle al resto de la sociedad. Por eso, integración. Inclusión a veces me supone que vos agarrás a uno que está afuera y lo metés adentro. Integración es, por el contrario, dos mundos que se juntan.
-¿Cuál es la idea de trabajo en el Camino de Sirga?
-Ahí vamos a relocalizar a los vecinos. Hay alrededor de 1.100 familias que están actualmente viviendo en el Camino de Sirga y hay consenso con todas para relocalizarlas en viviendas nuevas. Y lo mismo con el resto de los proyectos: a nadie se le regala nada, sino que la gente, a través de su esfuerzo, va pagando un crédito en el tiempo, que es lo que le permite acceder a una vivienda. Vamos a armar los créditos y las formas de pago estudiando la situación de cada vecino en particular.
-¿Cómo es la relación del IVC con las Comunas?
-Estamos trabajando en conjunto en los proyectos de las villas y también en los que tenemos complejos habitacionales, que es un universo importante del instituto. Tenemos una relación excelente. Nos hicieron sugerencias con respecto a algunos complejos en los que hay que hacer mejoras y estamos hablando para solucionarlo.
-¿Qué pasará con la Villa Olímpica después de los Juegos de la Juventud de 2018?
-Las viviendas que forman parte de la Villa Olímpica van a ser, después, puestas a disposición de los vecinos por parte del Instituto de la Vivienda. Eso va a ser una vez que se terminen los Juegos.
-Hay un compromiso asumido en cuanto al tema social y eso hace pensar que no hay margen de error. ¿Cómo lo llevás?
-Con una gran responsabilidad y hu-mildad de saber que hay que estar día a día poniendo mucha cabeza y mucho corazón, porque esto tiene mucho de estar en los barrios, con la gente, ca-minando por las calles, cambiando co-sas cuando nos equivocamos con algo. Queremos llegar a esos plazos del año 2019, que son muy ajustados y que son muy importantes.