El nuevo subsecretario de administración del sistema de Salud,
Roberto Gigante, que fue ministro de María Eugenia Vidal, que entró en funciones a fines de mayo en el lugar que debió dejar Nicolás Montovio luego del escándalo de barbijos a sobreprecios, comprará 100 mil unidades por un monto de 59 millones de pesos.
Se trata de barbijos tipo mascarilla de alta eficiencia N95 con destino a los Hospitales dependientes del Ministerio de Salud del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Los mismo deberán estar confeccionados "en material rígido, pero de construcción suave sin fibra de vidrio, resistente a los fluidos, salpicaduras de sangre y demás materiales infecciosos. Eficiencia en la filtración de bacterias. Deberá contar con una ballena de fijación en la parte superior y ajuste elástica con agarre posterior en la zona del cuello y cráneo, para una sujeción perfecta al rostro. Empaquetado de forma individual. Diseñado exclusivamente para uso sanitario", según detalla la resolución 245/SSASS/20 firmada por Gigante.
Roberto GiganteGigante fue ministro de Infraestructura bonaerense, durante el gobierno de María Eugenia Vidal, pero también tiene pasado en el gobierno de la Ciudad, cuando Mauricio Macri gobernaba el territorio porteño. Ahora Larreta lo designó para que se haga cargo de la compra de insumos y equipamiento sanitario.
El ex ministro de Infraestructura de María Eugenia Vidal es un viejo conocido para Larreta: fue jefe de asesores del ministerio de Hacienda porteño en los dos mandatos de Mauricio Macri, cuando Néstor Grindetti (hoy intendente de Lanús) ocupaba esa silla.
Gigante también es amigo del actual ministro de salud Fernán Quirós desde hace años y alguien de su estrecha confianza que ahora tiene un cargo sensible: las compras y contrataciones en medio del Coronavirus de todo el sistema sanitario porteño.
Cabe recordar que Gigante ocupa el lugar que dejó Nicolás Montovio, quien se vio obligado a renunciar luego del escándalo de la compra de barbijos especiales a 3000 pesos cada uno, que dejó en evidencia las irregularidades en una contratación directa realizada por el ministerio de salud porteño en medio de la emergencia sanitaria por el coronavirus.