Si bien es cierto que como sociedad fuimos avanzamos en muchos aspectos, aún nos queda un largo camino por recorrer. Una de las temáticas que sigue resultando tabú, al menos en parte, es la sexual. Si el plano de la sexualidad estuviese totalmente allanado, no habría entidad para mitos a su alrededor.
Inicialmente estos dichos que luego se transforman en creencias, surgieron como una manera de cercenar o coartar la libertad sexual de los seres humanos, puntualmente de los adolescentes.
Vistas a la distancia, varias de estas expresiones que gobernaron la vida íntima de muchas personas, nos parecen verdaderamente absurdas. Tal es el caso de esa típica frase armada que se les decía a los varones adolescentes y preadolescentes de que “si se masturbaban les saldría bello en las manos”, o “les brotaría el acné”.
Si bien esto nos parece una tontería o una locura, la realidad es que durante mucho tiempo estos pensamientos rigieron el comportamiento humano y social. Porque eso es lo que hacen “los mitos sexuales, se extienden como los rumores”, explica el sexologo Hugo Moviglia. Y es que, el boca en boca va aportándole fundamentos tan sólidos como falsos. De esta manera, las erróneas creencias pasan a convertirse en verdades y comienzan a divulgarse y a ganar terreno en el ámbito social como algo 100% comprobado y real.
Pero lo cierto es que “los mitos sexuales no hacen más que demostrar la escasa información que nuestra sociedad tiene sobre el sexo”. Además, hay que destacar que estas falsas creencias solo aportan a la confusión y a la desinformación. Por este motivo, La Tecla se propone desmitificar algunos de ellos. Según Moviglia, “aquellos por los que más consultan las personas”. Las creencias más instaladas
Poner el foco sobre algunas de estas afirmaciones es aportar al esclarecimiento con el objetivo de permitir un pleno desarrollo de la vida sexual de las personas.
Al respecto, el especialista Hugo Moviglia detalla cuáles son los mitos que se sostienen aún hoy o las preguntas más frecuentes a su alrededor. En primer lugar destaca la creencia popular de que el tamaño importa; en segundo, la premisa de que el sexo afecta el rendimiento deportivo. En tercer y cuarto lugar, se encuentran: la difícil tarea de alcanzar juntos el orgasmo, y la creencia de que los sueños húmedos y las poluciones nocturnas refieren a problemas o desórdenes sexuales. Por último, aparece la curiosa idea de que a partir de los 65 se reducen los encuentros sexuales hasta desaparecer.
El tamaño, lo que más importa
Hay una creencia popular que asegura que a mayor tamaño más satisfacción, rendimiento y potencia. Sin embargo, no es cierto. Todo indica que al único al que le preocupa la medida es al hombre. De hecho, no hay un tamaño ideal. Todo dependerá de la dupla formada por cada pareja y de la confianza que mantengan para hablar de sus gustos y preferencias. El secreto: atreverse a jugar.
El sexo afecta el rendimiento deportivo En la historia del deporte no hay ningún dato que otorgue apoyo científico a la tesis que plantea la eyaculación agota físicamente al deportista.
Muy por el contrario, “recientemente, diversos especialistas en deporte han reconocido la importancia de las relaciones sexuales u otros métodos de alivio sexual como parte esencial de los programas de entrenamiento atlético”. Alcanzar el clímax juntos, una lucha
Lograr regularmente el orgasmo simultáneo no es tarea fácil, ya que “requiere de coordinación, autoconocimiento y conocimiento de la pareja sexual”. Apuntar a éste como una exigencia no es para nada recomendable ya que puede generar roces y conflictos. Sin embargo, plantearlo como un juego, puede aportar a la diversión y al placer. Pero siempre comprendiendo y respetando el tiempo individual. Sueños húmedos, ¿un trastorno? Las poluciones nocturnas, frecuentes en adolescentes, son el resultado de una acumulación de semen. Cabe aclarar que no siempre van acompañadas de sueños eróticos. Casi todos los hombres tienen poluciones nocturnas y sueños húmedos. En la generalidad puede decirse que se trata de personas jóvenes con poca actividad sexual, pero incluso puede darse en personas mayores con actividad. El deseo decrece con la edad
El deseo sexual es propio del ser humano y permanece a lo largo de toda su vida; incluso, puede llegar a incrementarse si la práctica es frecuente y satisfactoria.
Algunas investigaciones revelan que adultos mayores de entre 75 y 85 años, pueden mantenerse activos con una frecuencia de hasta dos o tres veces al mes y hasta una vez por semana. Si bien, pueden manifestarse disfunciones, todas son tratables. Tips - Estudios han demostrado que el gasto calórico de un acto sexual es de 12 a 16 calorías por kilogramo y por minuto, lo que da un promedio de 680 calorías en un encuentro estándar. Esto equivaldría a subir dos pisos por escaleras.
- El hombre tiene más facilidad para alcanzar el orgasmo, pero sólo es capaz de uno. Debido a esto podría demorar su placer hasta que su compañera esté satisfecha. Si ella no logra alcanzar el clímax, él podrá llegar al suyo y luego estimularla.
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