Este dulce labrador se enojó cuando unos pequeños gatitos le robaron su cama para dormir cómodamente. Al advertir que su espacio estaba ocupado, comenzó a ladrar sin cesar reclamando su espacio. No obstante, los pequeños felinos no parecen preocupados y en una medida extrema por recuperar, intenta echarlos de la cama aunque con mucho cuidado porque el can no quiere lastimarlos