Tal es el ejemplo de Maurice y Helen Kaye que viven en Bournemouth, Inglaterra, y están celebrando sus 80 años de casados.
Se conocieron en 1929, cuando tenían 16 y 17 años respectivamente, pero p...
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Tal es el ejemplo de Maurice y Helen Kaye que viven en Bournemouth, Inglaterra, y están celebrando sus 80 años de casados.
Se conocieron en 1929, cuando tenían 16 y 17 años respectivamente, pero para contraer matrimonio tuvieron que esperar cuatro años más, porque la madre de ella quería que su hermana mayor se casara primero.
La pareja se casó el 27 de agosto de 1934 en la sinagoga de Borough, en el sur de Londres y dijo que el secreto de un matrimonio duradero y feliz es ser "tolerantes" y aprender "a olvidar y perdonar".
Los Kaye, que celebrarán sus 'bodas de roble' junto a sus dos hijos, cuatro nietos y seis bisnietos, es uno de los matrimonios británicos que más tiempo lleva casado.
La señora Kaye tenía 16 cuando trabajaba en la tienda de su madre en Walworth, al sur de Londres, entonces conoció a Maurice, cuyo padre quería vender productos a la tienda.
"Él me llamó por teléfono para invitarme a una cita", cuenta Helen. Esa noche fueron a bailar; fue la primera de muchas.
"Creo que lo que me hizo enamorarme de él fue que tenía un auto. No había muchos jóvenes que los tuvieran en aquella época", recuerda Helen.
"Nuestra boda fue maravillosa. Fue en Londres y tuvimos alrededor de 200 invitados. Como era muy pequeña, tuve que mandarme a hacer un vestido. Copié el diseño del que había usado la actriz Claudette Colbert en la película ?Sucedió una noche?. Tenía flores hechas a mano cosidas en la parte de arriba", recuerda Helen.
Sin embargo, no todo fue color de rosas. Tuvieron que atravesar la Segunda Guerra Mundial, y dos de sus hijos fallecieron después de estar gravemente enfermos. Le sobrevivieron dos hijos.
A pesar de las tragedias que les tocó vivir, los Kayes aseguran haber tenido un matrimonio perfecto.
Uno de los hijos de la pareja, Larry, de 66 años, dijo que el secreto de la longevidad de sus padres es que siempre se ponen objetivos a cumplir.
"Primero querían estar vivos para conocer a sus nietos, luego a sus bisnietos y ahora dicen que quieren conocer también a sus tataranietos", comentó.