      Desde muy pequeña Bethany ya surfeaba a gran nivel profesional y apuntaba a escalar muy alto, pero a los 13 años cuando recién comenzaba su carrera y ya competía e incluso estaba patrocinada por diferentes marcas, de golpe, todo cambió.
El 31 de octubre de 2003, un tiburón tigre se cruzó en su camino mientras surfeaba con su amiga Alana Blanchard, en la playa de Tunnels Beach, en Hawai.
Bethany estaba recostada en su tabla y sin percibirlo se le acercó un tiburón que le arrancó su brazo izquierdo por debajo del hombro.
La niña se mantuvo tranquila, y gracias a su accionar y el de quienes la acompañaban, fue trasladada rápidamente al hospital para ser asistida inmediatamente, que pese a perder más del 60% de sangre, tras varias operaciones, pudo salvar su vida.
Y en apenas unas semanas de aquel accidente, la adolescente regresó a las olas (el 26 de noviembre). Su historia acaparó la atención de periódicos, revistas y medios audiovisuales.
Ya en 2005, gana el Nacional de Estados Unidos Sub 18.
Tras el ataque del tiburón, el padre de Bethany, Tom Hamilton, instaló asas en las tablas para que su hija pudiera realizar sin problemas el duck-diving (técnica conocida como pato o cuchara que se emplea para sortear una ola sumergiéndose).
Bethany también tuvo que adaptar la técnica de remo, y emplear tablas más gruesas que las convencionales para ganar estabilidad.
Rechazó ser tratada de manera diferente que al resto y surfeó en iguales condiciones que sus compañeras.
Apenas un años después del accidente, en 2004, dio a conocer su historia escribiendo un libro Soul Surf, autobiografía que ese año acabó en el primer puesto de la lista de lo más vendido del New York Times.
Luego en 2011 salió la película, dirigida por Sean McNamara y protagonizada por Annasophia Robb, es más, la propia Bethany aparece en el film, como extra.
Con 17 años llegó la oportunidad de hacerse profesional, y no la desaprovechó...
A lo largo de su vida ha recibido múltiples premios y honores y, aunque ella no lo acepte, es considerada una heroína en su país.A su vez, creó la fundación Bethany´s friends, que se encarga de asistir a personas que sufrieron su mismo accidente o tuvieron amputaciones. Además promueve la inserción social de personas con discapacidad.
Esta jovencita, que se casó y tuvo un hijo, se convirtió en un ejemplo de vida e inspiración de muchas personas que dudan seguir adelante. Es sinónimo de constancia, fe, y mucha paciencia.
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